Sufriendo lo indecible por amor, leí tu carta. Excusas manidas.y frases estereotipadas. Aliñadas con esa truculenta historia de tu romance con mi amiga Edurne.
Tras el golpe, decidí dejarlo todo. Golpeé a mi jefe, qué gusto.
Vendí mi cuchitril.
Me fui a la montaña. Me fui abandonando. Vivo en esa cabaña. Cazo conejos. Visto pieles. Huelo fatal.
Vendí mi cuchitril.
Me fui a la montaña. Me fui abandonando. Vivo en esa cabaña. Cazo conejos. Visto pieles. Huelo fatal.
Y ahora apareces aquí, diciendo que lo sientes, que Edurne es una capulla.
Pero, cariño, ahora soy una salvaje.
Ahora cuando te digo que te lo voy a comer todo es literal. Por cierto, mucho gimnasio pero tus carnes están más bien blanditas. Incluso asadas.
Ahora cuando te digo que te lo voy a comer todo es literal. Por cierto, mucho gimnasio pero tus carnes están más bien blanditas. Incluso asadas.
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