Cuando llegué estaban poniendo la mesa para cenar. "Una cena en mil palabras" rezaba la invitación . Iba dirigida a los ganadores de Relatos en Cadena. El reto era sencillo; mil palabras era el capital que tenías para toda la cena. Si te pasabas eras expulsado.
Era la ocasión perfecta para hacer pública mi relación con Luisa, redactora del programa.
La conversación fluía animadamente pero los invitados medíamos al milímetro nuestras palabras. Pero corria el vino y las lenguas se iban soltando. La mía especialmente.
A los postres levanté mi copa.
– Tengo algo importante que deciros.
Antes de finalizar la frase dos seguratas me arrojaron violentamente a la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario