lunes, 2 de diciembre de 2013

Torneo Puente Foral; el día de la marmota.



Como una ola, que diría la Otra. Como las Terremoto de Alcorcón. Como Paquirrín en la Real Academia de la Lengua. Como Urdangarín en un concurso para optar a unas subvenciones públicas al deporte. Como el Gobierno ante la visión de una partida presupuestaria sin recortar. Así, así. Así llegó la Krisis al ajedrez navarro y se nos llevó el Elo, la apertura Orangután y todos los torneos de lentas fuera del circuito oficial.  Todos?? NO! Un torneo resiste con fuerza a la crisis invasora dentro de este panorama desolador y devastado; El Torneo Puente Foral. Dirigido por una tropa de irreductibles orvinos, que resisten como pueden al invasor. Pobres pero no miserables. Con andrajos en lugar de ropas. Con taburetes en lugar de sillas. Con tableros de ajedrez que tienen la Oca por la parte de atrás. Con piezas de plástico de marca “Feber” en lugar de “Staunton”. Con cronómetros de pulsera en lugar de relojes. Con un cubilete y unos dados para hacer los emparejamientos. Con el lunch de la entrega de premios que lo sacaremos del Banco de Alimentos. Así viene el Puente Foral. Austero, parco, recio. Pero digno; eso siempre. Inflados como pavos por nuestra reciente victoria en el campeonato de Navarra por equipos, ahí nos agolparemos esta tarde, para montar la sala, media tonelada de orvinos, kilo arriba - kilo abajo, y conseguir que esa tienda de campaña gigante que nos presta el Don Carlos  parezca un salón donde se toma té y se ofrecen Ferrero-Rochés. Repetimos en el Don Carlos, para qué cambiar si tenemos el mejor sitio posible?                                                             

Más de 60 sufridos ajedrecistas se prestan a ofrecer el mejor ajedrez que son capaces de perpetrar y sobre todo a sacrificar todo un puente foral, que podrían pasar viendo magníficas películas basadas en hechos reales o realitis gastronómicos de recetas imposibles, jugando a la cosa esa de empujar madera hacia adelante.

De la nómina de inscritos, el torneo es individual pero los favoritos vienen por parejas. Por Orvina, enviamos a dos de nuestras bestias punteras; Minde e Iñaki. No se sabe bien en qué estado llegan pero darán guerra. Veremos. Por parte de nuestros enanos, lanzamos a lo más prometedor de nuestra cosecha; Pablo, que ya comienza a adelantarnos a los abuelos y  Mikel que aún tiene tiempo para vernos por el retrovisor. De tierras vasconas, el peligro llega por Prieto, que defenderá título y Díaz Herrero. Y entre todos ellos, pueden colarse dos tapados; el catalán Asensio y el aragonés Soriano. Todo va por parejas, como en el mus. Raro sería que el ganador no esté entre todos ellos. 

A las diecisiete horas del martes 3, con la bendición del Santo Patrono Foral,  se aporrearán los relojes y no se detendrán hasta el domingo a la hora de comer. Para entonces, muchos se habrán dejado 30 horas de su vida jugando al ajedrez y algunos además unas cuantas paladas de ese Elo que tanto cuesta recolectar en interminables torneos oficiales. Pero todo sea por el espectáculo. Por Dios, dad espectáculo, que me voy a pasar muchas horas mirando partidas. Tened piedad.