Se me acumulan los garbanzos en el cuenco de los desagravios. Eso fue idea de Laura. A cada cosa molesta del otro, añadías un garbanzo al cuenco. Si se desbordaba, nos divorciábamos. Sólo un mes. Laura es tajante para estas cosas.
Al principio me lo tomé a cachondeo. Los garbancitos se fueron amontonando en el cuenco maldito. Hasta que sólo faltó uno para desbordarlo.
De golpe me di cuenta que amaba a Laura, que no quería perderla.
Cambié radicalmente. He sido un santo esta semana.
Cambié radicalmente. He sido un santo esta semana.
Día 30. Faltan 10 minutos. Suena mi móvil. Edurne, mi ex. Laura lo ve. Tiene un garbanzo entre los dedos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario