Liga Vasca B. 3º Ronda. El equipo O

En 1997 cuatro de los mejores hombres del ejército chantreano fueron acusados de un delito que no cometieron (les sonó el móvil en una partida). Fueron encarcelados y condenados a cadena perpetua. No tardaron en escaparse y hoy sobreviven como ajedrecistas de fortuna por las ligas vascas. Si usted tiene un problema con el equipo de ajedrez de su barrio, tal vez consiga contratarlos. Se hacen llamar “El Equipo O(-rvina)”.

El viernes recibimos una llamada de la Asociación de Vecinos de Barakaldo. Nos dijeron que el malvado Koldo Urbieta y sus secuaces tenían aterrorizado a todo el barrio (con su juego). Y necesitaban los servicios del Equipo O. Así que, ni cortos ni perezosos, cogimos el León del mombi (la furgoneta negra con raya roja estaba en el taller) y nos plantamos en Barakaldo los cuatro: el capitán Sergio Hanibalete, nuestro informático loco Roberto Monjurdock, el “guapo” Gonzalo Momfenix y el abultado G.J. Jimenacus. Eso sí, antes hubo que comprar una caja de puros para Hanibalete, sacar a Monjurdock del psiquiátrico de Pamplona, arrancar a Momfenix de los brazos de alguna incauta moza y drogar a Jimenacus para montarlo en el “avión”.

En el Carrefour cercano, al olor del filete a la plancha con patatas, pergeñamos la estrategia para el asalto final al cuartel general de los barakaldeses. Y, tras sincronizar nuestros relojes, allí aparecimos a las dieciséis cero cero. Este fue el resultado del asalto:

Jorge Martín -Hanibalete: Escandinava del avance donde el negro iguala sin problemas. Se llega a una posición de enroques largos donde el blanco guarda toda su munición y piezas en el flanco de rey mientras que el negro coloca dama, torre y caballo asediando al rey blanco. Antes de acabarse el puro, Annibalete arroja las piezas contra el desguarecido rey blanco que, como en los mejores capítulos de la serie, acaba saltando del jeep segundos antes de que explote y se rinde.

G.J. Jimenacus - E.Hernandez: Ochenta kilos largos de ajedrez (del bueno, según él, del malo, según Fritz) contra el espigado Hernández. Francesa inocua con iniciativa del blanco que no se traduce en nada concreto. Jimenacus, seguramente bajo los efectos de las drogas suministradas para conseguir que se monte en el “avión” del Mombi, no encuentra plan y se firman las tablas.

K.Urbieta - Momfenix: El malvado Urbieta, enrabietado por la invasión del equipo O en su local, pretende castigar la Pirc –ería del negro con un temprano enroque largo y el consiguiente avance de peones en el flanco de rey. Sin embargo, Momfenix, más enrabietado aún por no encontrar en el local hembra alguna a la que echar los tejos, llega antes con sus peones al flanco de dama y hace una escabechina en el enroque blanco. Y ambos jugando al toque, sin motivo aparente, buena parte de la partida.

Monjurdock-Carasa: El loco del equipo tenía que hacer de las suyas. Y esta vez fue un concierto gastroduodenal para intestino y orquesta, que provocó, en un momento dado, la hilaridad de toda la sala de juego.
En medio de este escenario cacofónico, se planteó una benoni donde el blanco consigue ventaja en la apertura. Tras algunas imprecisiones, el negro llega a una posición donde puede igualar sin problemas. En lugar de ello, Carasa, descentrado por los rugidos de las entrañas rivales, se mete en una falsa línea de ataque sin ver que le coronan el peón central.

Tres puntos y medio. Cogimos el botín y nos dimos a la fuga en tropel minutos antes de que entrara la policía militar al local a detenernos. Huida precipitada hasta el cuartel general en Pamplona. Dejamos a monjurdock en su manicomio, a momfenix en el internado femenino y a jimenacus en el bufet del chino. A la espera de la siguiente ronda.

Con esto nos ponemos líderes antes de vérnoslas con los cocos del grupo. Pero que no se fíen. Quizá el equipo O les esté esperando.