Empujo despacio el cuadradito de plástico en el calendario y me quedo boquerón al caer en la cuenta de que se han acabado los días a rellenar. Se ha acabado el año. Joder, por qué nadie me avisa de estas cosas. Así que se ha acabado el 2008.
Estos días suelen ser propicios y hasta obligados para echar la vista atrás y vislumbrar entre la nebulosa que deja la rutina los trazos que nos han dejado poso durante los últimos 12 meses. Ya casi no recuerdo cómo era yo a principios de 2008.
Muchas cosas han cambiado desde entonces. Creo que yo era muy distinto. Era más joven, más decidido, más entusiasta. No recuerdo muy bien. Es posible incluso que fuera una lagarterana que hacía zapatillas de esparto en un pueblo perdido de Las Hurdes. Sólo sé que soy más viejo. Y más perro.
Igual le pasa a este 2008. Ya no se reconoce ni él mismo cuendo se ve allende febrero.Eramos más inocentes y pizpiretos. Creíamos en el creciemiento perpetuo de la economía. En el paro como entelequia de otros tiempos. Se hablaba sólo del cambio climático y del insultante precio de las lechugas y el petróleo.Y de repente, vino la crisis y se lo llevó todo. Se llevó nuestro candidez, rayana en la estupidez. Nuestra confianza en la apacible rutina, en el capitalismo light que te permite vivir sin pensar demasiado.
Y empezamos a ver cosas impensables. Adalides del libre comercio, como presidentes de eeuu, actuando como prebostes comunistas, nacionalizando bancos y reflotando gigantes del automóvil. Niveles de paro de cuando camarero era la salida natural para los licenciados de letras. Gentes y gentíos recuperando el calcetín de los billetes porque no se fían de los bancos.
No todas las sorpresas que trajo este 2008 nos dejan el cuerpo como de resaca de tinto con gas. Vimos a un presidente negro en Estados Unidos. Vimos inflarse los pechos patrios al son de la selección española que ganaba cosas en Europa. Incluso títulos. Vimos a Zapatero ganar unas elecciones al ritmo del sospechosamente manido y cacareado "Paña va bien" mientras Solbes mutado en Rey Mago del Euro regalaba billetes sobrantes de la seguridad social....meses antes de entrar en déficit. Vimos las chinolimpiadas, donde los chinos ya no eran el peligro amarillo que masacraba el tibet sino los amiguetes demócratas del este de ojos somñolientos.
Vimos todo eso sí. Pero si algo dejará este 2008 será la crisis. La Krisis. Eramos inocentes, tiernos, pizpiretos, pazguatos allá por enero. Hasta estúpidos incluso.
Y ahora somos más perros que hace 12 meses.
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