LLeida. Lérida. La FEDA continúa con su curiosa política turística que nos lleva a conocer los rincones más peculiares de la geografía hispana. Esta vez nos envía a la versión española del desierto del Gobi en la Cataluña profunda: Lleida.
A duras penas conseguimos hacernos un hueco en un hotel ante las manadas de alemanes que invadían la ciudad al reclamo de sus ardientes playas. Si cambias alemanes por moscas y playas por calles tendrás una foto bastante realista de la situación. Y allí aparecimos, un cascoporro de orvinas, dispuestos a dar mate a todo el que se nos pusiera delante. Bueno, o por lo menos, jaque.
Campeonato de España por equipos. Zona Norte. Una media durilla, al menos sobre el papel y como es costumbre, con los equipos catalanes como favoritos. Algunos de ellos, se presentaban ahítos de Gm-s, como la Uga, Lleida, o Montcada. Al final, fue la Uga la que se impuso de principio a fin del torneo. Y Montcada es quien les ha acompañado en el ascenso a división de honor. Lo cierto es que se nos escaparon en las primeras rondas y no pudimos hacer nada ya por alcanzarles. Sorprendente tercer puesto de la universidad de Vigo.
Navarra presentaba tres equipos por primera vez. A Oberena y a nosotros, Orvina, se sumaban este año los vigentes campeones de Navarra, los tudelanos del Santa Ana. Buena actuación de los Riberos, que estuvieron arriba casi todo el torneo, aunque una contundente derrota en la última ronda les enviaba al 16º puesto. Oberena tuvo una actuación más irregular y finalizaba en el puesto 14. Nosotros fuimos alternando, en las primeras rondas, actuaciones malas con otras directamente calamitosas. Por suerte, en las últimas rondas nos subimos al submarino y emergimos en una sorprendentemente digna 12º posición, la de nuestro ranking. De perder la camisa pasamos a salvar el mobiliario. Del nivel de juego que hemos exhibido mejor ni hablamos.
De los equipos vascos destaca la buena actuación de Gros, octavos, partiendo del 25 en el ranking. Más atrás quedaron San Viator y Batalla, que sufrieron en sus carnes el efecto anti-submarino.
La organización del torneo dejó bastante que desear. La sala de juego era como la Expo. Gracias a un singular aire acondicionado, en algunas zonas te tocaba jugar en el pabellón de Siberia y en otras en el del Sahara. Y en todas ellas, en el metro de Tokio en hora punta, por aquello del apiñamiento. Del hotel oficial, lo mejor que oí hablar era que el cocinero era Arguiñano. Pero el hermano que suspendió cocina en fp…Casi dejo a los afectados que esputen sus opiniones en los foros.
Porque nuestro hotel era de puta madre. Dios, cómo hemos cambiado. Antes en estos torneos nos hacinábamos montañas de orvinas en pisos de medio pelo al albur de un plato de macarrones cuarteleros. Y ahora a Orvina le ha llegado el Spa. Así que allí pasábamos rato entre piscinas, llakusis y baños turcos. Qué duro es esto de ser burgués.
Donde sí hemos mantenido el Elo es en el Bufet del desayuno. Allí contábamos con auténticos gm-s como mombi, minde o servidor, que hemos mantenido e incluso aumentado nuestro ranking ante el asombro de camareros y desayunantes en general.
Buen torneo en líneas generales. Cierto caos organizativo con el que ya todos contamos y que vemos ya hasta con cierto cariño. Para nosotros aceptable en lo deportivo y cojonudo en lo erótico-festivo. Y Lleida, a pesar de lo dicho, no es fea...del todo. Así que misión cumplida. Y a por el próximo. A ver si en el siguiente se dejan dar mate con más generosidad.
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