sábado, 24 de mayo de 2008

Venga chiki chiki



Cuando ves un programa en la tele y no lo quieres confesar hay que decir que "estabas zapeando y casualmente te lo encontraste". Bueno, pues estaba yo zapeando tan tranquilo, con el pulgar que le había dado el baile de san vito con los botones del mando. Y hete aquí que, casualmente, me encontré con una versión resumida de las canciones que se presentan a Eurovisión.

Cuando críos yo me acuerdo que nos juntábamos y nos metíamos una jartá de palomitas y chuches varios a ver los euroberridos . Entonces era un espectáculo más folklórico (o folklóriko-dantesco); así como de andar por casa. Por ejemplo, la representante griega, generosa en carnes, salía con un vestido típico griego estilo mesa camilla, que, seguramente, se lo había pedido prestado al mismísimo Demis Rusos (o como diablos se escriba). Y cantaba en griego, claro. Nos ha jodido.
En 2008, los tiempos han cambiado y ahora hay que ser moderno. Eso deben de pensar los sesudos ingenieros eurotelevisivos. Y el resultado es patético. La representante griega, sin ir más lejos, era un pseudosucedáneo chungo y empalagoso de Britni Spirs, que rebuzna con voz chillona algo así como " ai lof yu mai beibi". Y en inglés. Claro, hay que sacar votos y la europeña anda en griego más pez que lo que tengo yo en el acuario. Dios, eso sí que es lamentoso. Ignoro el extraño motivo por el que los griegos no ponen perdido el mediterráneo con sus vómitos compulsivos. Pero no sólo los griegos. Los serbios en vez de bombardear a los bosnios ahora nos bombardean con una especie de bakestritboi eslavo que debería ser declarado arma de destrucción masiva. Y la mayor parte de los países por un estilo. Todos con sus gazmoñas cancioncillas pop en inglés y sus intérpretes estilo "jo, ke buena/o estoy". Da grima verlos.

Bueno, todo hay que decirlo, hay honrosas excepciones. Como Finlandia, que trae, como suele ser costumbre, un jebuto salido de los aironmaiden de antaño (parece que a los nórdicos les pone). E Irlanda que, con una tronchante puesta en escena, pone a cantar a un gallo de trapo (ellos sí que han entendido también el surrealismo).

Y en esto que aparece Rodolfo Chiquilicuatre con su chiki chiki. Es genial. A mi me parece un espécimen de surrealismo puro. Yo soy acérrimo del surrealismo, que para mi es algo así como el absurdo con un mensaje detrás, escondido. Y El mensaje del chiki chiki es claro : se ríe del festival , se ríe, por qué no, de esa europa de postín y pajarita, se ríe hasta de sí mismo. Y nosotros con él. Creo que es de lo mejor que se ha enviado al festival. Porque ¿Qué es mejor: los baladeros frustrados de los 80, los deleznables pijoplayas del año pasado, el lalala de masiel? Anda ya.

Rodolfo es fantástico. Con su tupé del todo a 100, su estética perreante, su coro de aleladas pegys, su guitarra de juguete. Y lo mejor es que es un actor y que no se toma en serio a sí mismo. Es una canción para partirse el culo. Pero precisamente lo mejor de ella es que es nuestra representante oficial en el festival oficial europeo. A veces es difícil distinguir lo patético de lo surrealista pero en este caso lo veo muy claro: la barca que no encontraba la remedios amaya era patética, los graznidos de los oxigenados del grupúsculo ese de nash del año paso eran patéticos, el lalalá de la masticatanques (por su dentadura) de Masiel era patético.

Y el chiki chiki es genial. Vosotros haced lo que queráis que yo me hago un crusaíto hasta la cocina y me voy a desayunar. Y aupa chiki-chiki, que mola mogollón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Debería hacer aquí algún comentario sobre el pasado glorioso, presente funesto y eslavo futuro de este Grand Festival. Y podría traer a nuestras mientes ejemplos, patrios y foráneos, que desmontarían la tesis de que Chikili es el primero en atentar contra su dignidad. Pero lo dejaré para mejor ocasión pues me urge más decir: ¡que buena estaba la más alta de las tipas que le merodeaban! ¡Jesús!