domingo, 1 de febrero de 2009

Liga Vasca 09. 3º ronda.

Nenaza!. Eso fue lo más suave que me dijo. También añadió varias opiniones sobre mis supuestos gustos sexuales por los animales o sobre la libertina sexualidad de varios de mis familiares. Todo mi delito fue pedirme una cerveza en lugar de un cubata. Le hice notar al amigo en cuestión que tenía partida de liga vasca al día siguiente pero eso no hizo sino aumentar el grosor de sus vituperios. Claro que el hecho de que el pavo en cuestión hubiera abordado minutos antes a la china de las flores le restaba bastante autoridad moral para emitir tales opiniones.

En eso andaba pensando yo cuando me vi sentado frente a un tablero moviendo madera. Uno ya está más cerca de hacer un trío con los abuelos del inistón en su diagnosis de esputos ajenos que de andar de farra con semiadolescentes prepúberes así que la cabeza andaba justita para el ajedrez. Pero, en fin, sólo se trataba de mover madera un ratito y, además, contra unos vecinos. De allende el sur de pamplona venían los vecinos de Oberena y, como buenos vecinos, les suponíamos dispuestos a echar unas risas y jugar así, al tuntún. Pues no, venían a jugar en serio y lo que nos hicieron fue un roto.



Bien se presentaba la partida de Nava en el primer tablero contra Miguel Navarro. Sergio le sorprendía en la apertura y le dejaba en apuros de posición y de tiempo al obereno. Este se veía obligado a sacrificar la dama por torre y pieza. Sin embargo, las torres se volvían muy activas y el blanco tenía problemas para desarrollar su caballo, única pieza que le quedaba. Al final, se llegaba a un final de dama contra dos torres y se firmaban tablas.



En mi partida contra ugalde llegaba yo, con el muro, a una posición igualada y estaba jugando más o menos bien hasta que fueron mis piezas las que se volvieron locas. Yo asistí atónito al espectáculo de mi incisivo caballo de e5 volviendo en una cabalgada desquiciada hasta d8 y mi alfil que se movía compulsivamente entre d7 y e6. Mis torres se desentendieron del problema escondiéndose en a y b. Ante este espectáculo, la ruptura con e4 de ugalde abría paso a una escabechina por el centro. Juro que no fui yo el que hizo esas jugadas.



Monje mantenía una cierta ventaja de espacio contra la apertura irregular de Unanua. Sin embargo, se iba apurando de tiempo hasta que en el apuro se deja una pieza limpia.






La partida surrealista de la jornada llegaba del cuarto tablero entre Egoi y Lasa. Egoi, al parecer no estuvo en clase el día en que explicaron el desarrollo. Así se comía un peón envenenado en b2 y en la jugada 13 se llegaba a una posición curiosa; todas las piezas blancas desarrolladas y todas las negras en su casilla inicial. De alguna forma, se libra de un merecido leñazo y llegan a un final en apuros. Allí empiezan a llover las piezas mientras los reyes se pasean en cueros por el medio del tablero. Egoi primero se come una pieza y puede comerse una torre más, cosa que no hace. Lasa reacciona, el sí se come una torre que pasaba por ahí y encuentra una red de mate contra Egoi.

Con todo esto, Oberena se coloca líder,nos devuelve el 3,5-0,5 que les metimos el año pasado y nos deja ya metidos en el agujero de la clasificación. No andamos finos, no. Andamos congestionados. Tos con mocos. Estamos cargados.

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