martes, 20 de julio de 2010

Torneo Rápidas Rentería

Domingo 09,45 a.m. : Hemos pinchado.
Este grito desgarrador en formato sms no nos lo envía Contador desde las faldas del Tourmalet. Tampoco una pareja de adolescentes al comprobar el estado del preservativo que acaban de utilizar. Es Navarrete. Y no es metafórico. Los jodidos de ellos han pinchado una rueda cuando ya enfilaban el cartel dirección Rentería. El resto de la expedición, otros tres orvinos desgarbados, nos ponemos la armadura y nos plantamos dispuestos a meter hasta cuatroceros con tres jugadores si fuera preciso. Por suerte, esa bendita costumbre patria de comenzar los torneos con un cuarto de hora de retraso nos salva del desastre. Así que los cinco nos plantamos en una nueva edición de la Exhibición de Lunch de Rentería. Por desgracia y como en otros años, es condición sine-qua-non jugar un torneo de rápidas antes de acometer al deseado contubernio de pintxos. Como la organización no accedió a saltarnos el dichoso trámite, hubimos de ponernos a mover madera.

Cita ya clásica en nuestro calendario donde hemos jugado las últimas tropecientas ediciones. Los deshechos post-sanfermineros que pudimos amasar para la cita se cifraban en los rebolé brothers, Mombi, Nava y el pepino que escupe estas líneas. 14 equipos, casi todos los imprescindibles de la zona, se encontraban plantados en las mesas dispuestos a mostrar sus bonanzas y miserias ajedrecísticas. Buena organización del torneo de los aguirretxes y compañía y puntualidad prusiana en las rondas, lo que es de agradecer, sobre todo comparando con otras citas de supuesta mayor enjundia.

Pronto se destacaron los fomentos, y su ritmo demoledor a base de 3 y 3,5 les dejaba ya lejos desde las primeras rondas. Easos y beraun parecían seguirles a cierta distancia. Y nosotros haciendo la goma a unos puntillos siempre.

La última ronda dejaba ya a Fomento como virtual txapeldún; ya les tocaba llevarse su trofeo. Nosotros nos quedábamos a 2,5 de Easo y con medio punto sobre beraun y fomento b. Una catastrófica última ronda de easo y nuestro primer rosco, nos dejaban en un sorprendente segundo puesto. Parece que no sólo en Suiza se hace submarinismo. Como colofón, Nava se llevaba el mejor tablero. Entrega de premios donde Fomento a duras penas pudo enroscarse la Txapela. Tras los discursos de rigor, donde se recordó la figura de Gerardo Elcano, nos dedicamos al deporte donde más alto es nuestro elo; el lunching. Allí el Orvina se distribuyó por las mesas colmadas de tortillas, fritos, pizzas y demás viandas macrobióticas y extendió sus tentáculos que ni el pulpo Paul con los mejillones.

Como es costumbre, impecable la organización del torneo y con esos detalles que hacen imprescindibles estas citas para los viciosos de la madera y de la tortilla. Volveremos, eso seguro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno tu blog!!
saludos!!

http://nazarenogonzalez.blogspot.com/