jueves, 16 de mayo de 2019

Microrrelatos. Lo hice, señoría


- Si, soy su esposa.

El fiscal me mira con desden. Es un maldito gusano.
-¿Y no hizo nada para evitar que su esposo perdiera la cabeza?
-No.
Silencio tenso.
Un leve zumbido del publico en la sala pronto se convierte en un sonoro abucheo, convirtiendo la sala en una jaula de grillos.
El juez anticipa su condena con el ceño fruncido mientras se frota las antenas.
-¿Tiene algo que añadir?
-Volvería a hacerlo señoría. Estaba delicioso - añado desafiante.

Mientras cuelgan la soga de mi cuello pienso que nunca podrán entender el placer supremo de comerte la cabeza de tu esposo en el acto sexual. Sobre todo si eres una mantis.


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