Si dijera que sentí dolor mentiría. No fue así.
Si dijera que sentí placer traicionaría
ese último instante; la visión de tu rostro estupefacto.
Si dijera que te extraño, insultaría
a todos esos huesos que me fracturaste una y otra vez.
Si dijera que sentí odio, me odiaría por dedicarte un recuerdo que no mereces.
Si dijera que sentí miedo, nunca sabría de dónde saqué el valor necesario.
Si dijera que me arrepiento, vomitaría de rabia.
Mejor no digo nada.
Mejor me conformo con mirar impasible, con mis ojos amoratados, tu cuerpo lívido desangrándose por el desagüe de la bañera.
Mejor me callo.
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