Óscar, puto Óscar. La madre que te parió, cabrón. Mira que te lo dije; que no hables tanto, que cierres ese buzón que tienes por boca. Pero no, no podías cerrarla ni siquiera un maldito rato. Y ahora ahí estás, callado mirándome con ojos vidriosos como un subnormal.
El resto de la gente charla animadamente durante la cena. El tema de conversación dominante solo es uno: Óscar. Sí, sí, tú mismo",a ellos sí que te los has camelado. Todos te adoran, Óscar. Rosa la de la panadería dice que eres el tío más tierno que ha conocido. Rafa con lo seco y ajopuerro que es dice que eres de largo el tío con más coco que ha visto nunca.
Eva, la lista, la guapa del grupo, la inaccesible. Eva dice ahora que si te pillara en otra ocasión te habría hecho algún que otro favor. Y tú mientras aquí, parado, abrumado sin saber qué decir. Tu labia diluida en la sopa del primer plato. Pero ¿qué te ha pasado? pedazo de mamón.
Axel, el nuevo líder, el que te sustituyó, se levanta y las conversaciones cesan de golpe; frases sin acabar, preguntas que se quedan sin respuesta, verbos sin complemento.
Se levanta todo ceremonioso.
Su tono impostado delata al dueño de la ferretería más que el líder que pretende ser.
- creo que debemos brindar por un amigo.
Te lanza una mirada la que no respondes; creo que aún le tienes cierto resquemor.
- Un amigo que lo ha dado todo por nosotros, que nos ha guiado hasta aquí, que nos ha llenado de fuerza, de orgullo, que ha dado sentido a nuestras vidas miserables.
- Por Oscar!
- Por Oscar!! _ replican todos con pasión.
Levantan sus copas y beben como vikingos antes de la batalla.
Gritan y se alborotan mirándote con admiración y respeto.
Y tú ni te inmutas.
Incluso un cierto esbozo de desprecio se dibuja en tus labios apretados.
Para ser psiquiatra la verdad es que manejas bastante mal las emociones
La euforia se va adueñando del grupo.
John, hasta hace nada, un carretillero huraño y asocial con tartamudez crónica ahora charla animadamente con Ainhoa la bibliotecaria. Esta tampoco es que fuera la alegría de la huerta precisamente. Y ahora, ya ves, se ríe como una loca dando palmadas sobre la mesa.
Sí, algunos logros ya conseguiste, no te lo voy a negar. No, si tonto no eres. Listo. Muy listo. El más listo del grupo. El Grupo. Con mayúsculas como te gusta llamarlo a ti, todo ampuloso. Tu obra.
No te bastaban tus teorías sobre los grupos; todas esas mierdas sobre convertir una horda de gente inconexa en un auténtico grupo. Querías experimentarlo. Porque eres el más guay de la profesión, claro. Todavía recuerdo el día en el que pegamos aquel cartel para reclutar gente para tu grupo. Sin familia, sin vínculos, sin nada. Te dije que no vendría ni dios. Y 89 personas aparecieran en unos pocos días. Te quedaste con 12;con tus aires de grandeza no podías ser menos que Jesucristo, claro, puto Óscar. Después esas largas semanas comiendoles el tarro para que olvidraran todos los valores aprendidos, toda la ética que les metieron desde críos y esa obsesión tuya para que perdieran toda la noción de las normas sociales.
Ellos te adoraban como un Dios y tú cabreado como un mono cuando veías que ellos no avanzaban, cuando seguían las reglas que tú tratabas de arrancarles.
Maldita impaciencia que te devora, siempre ha sido tu peor defecto. Así que encontraste el atajo para lograr tus fines. Cómo tienes una guindilla en el culo, te apuntaste a aquel viaje para convivir con la tribu esa del Amazonas.
Y conociste la yosedra, esa hierba que usan los chamanes para entrar en trance. Y se te ocurrió que les ayudaría a desinhibirse totalmente.
No le preguntaste a ellos, claro, para qué? Eran tus cobayas.
Y se empezaron a desinhibir totalmente. Eras feliz.
Para culminar tuobra alquilaste el caserón este en el que estamos, en medio de la nada.
La fiesta total, el culmen de tu obra, todos comiendo de la palma de tu mano.
Y tú todo orgulloso juntandolos a todos, pidiéndoles que hicieran una gran obra.
-No hay reglas, no hay límites, no hay pecado posible- bramabas desde el altillo.
- sacad todo lo que lleváis dentro, revelaos contra todo!!
Qué orgulloso se te oía.
Y ahora mírate, callado, con tus ojos vidriosos clavados en los míos, posados en tu cabeza, que flota en el perolo de sopa mientras el resto de tu cuerpo se distribuye de manera uniforme por los platos de los comensales y tu sangre llena las copas de tu sediento grupo.Rosa devorando un buen filete de pantorrilla mientras Eva rechupetea tus dedos con ganas.
Puto Óscar, podías haber estado callado pero no, no podías.
Axel sigue preparando con parsimonia el ritual de la cocción de la Yosedra mientras el grupo sigue hablando de lo bueno que eres y que estás, puto Óscar y de todo lo que les has dado.
La excitación va creciendo el grupo de forma palpable.
Dios, no sé cómo acabará esto. Puto Óscar.
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