lunes, 12 de enero de 2015

Liga Vasca 2015: Ronda 1



Sábado 12 de la mañana; estoy en el Club; tengo una sensación extraña. No sé si es por este frío de cojones que me está congelando los mismos. Pero no, es otra cosa; seguro. Algo pasa. Se acerca un abrigo con patas que parece contener a Mombi ; por babor surge Monje descojonándose por un chiste que se habrá contado a sí mismo. Por estribor, surge una especie de Troll greñudo que al acercarse se encarna en Egoi. Dios mío! Ya sé lo que pasa;  hoy es el día de la Marmota!! Es Liga Vasca y estoy con los mismos tres sujetos de todos los años. Mierda!! Pero me rindo al destino.  Unos gruñidos y entramos en el coche. Destino: Vitoria. Llegamos con tiempo y aparcamos en la puerta; así tenemos un montón de tiempo para preparar el mayor vicio de todo Orvina que se precie; Comer!!  Decenas de móviles brotan de cientos de bolsillos y millares de dedos se prestan a aporrearlos buscando los mejores comederos en millones de kilómetros a la redonda. Es lo que tiene la modernez. En otros tiempos habría sido un deambular pidiendo al Señor que tuviera el detalle de iluminar la tasca que llevara la alegría a nuestros estómagos. 
Tras varios frascazos, caemos en una sidrería de nombre Orbela; que no pasará precisamente a los anales gastronómicos del Orvina. Por Dios, en un menú de 30 euros nos querían dar Vino Joven!! pero ¿Qué clase de desalmados viven en esa ciudad!?
Por suerte, el mus y el patxarán nos quitaron el regusto de tamaña felonía y allá que aparecimos en el fuedo calasancio.

Los vitorianos incumplieron la primera norma que hay que seguir cuando juegas con Orvina; "No pongas katering, ¡se lo comen!"


En fin, esto fue lo que perpetramos:
Josetxu Korr-Servidor:  Teniendo en cuenta que el año pasado jugamos con los mismos colores, Josetxu decide cambiar de línea ante mi Janish. El año pasado salió con ventaja de la apertura y el astuto Josetxu pensaba que yo había preparado a conciencia la línea. Solo le falló un detalle a Knorr; yo no recordaba haber jugado con él el año pasado; de hecho ni siquiera había logrado encontrar una partida suya esa mañana. La edad es muy mala y el Alzheimer muy cruel. Las blancas juegan la variante del cambio, que solo lleva a un cambio masivo de fichas y pronto llegamos a un final de torres igualado. Ante esto, y viendo el katering y la perspectiva de ver sufrir a mis compañeros durante tres horas, firmamos la paz en esta posición.

Mombi-Pastor: Pastor plantea la Caro-Pirc, apertura que juega Mombi con negras. Mombi juega despacio, colocando sus piezas y el negro monta un muro infranqueable durante gran parte de la partida. Sin embargo, Mombi es un tío paciente y va abiendo hueco por el centro donde el rey negro no termina de enrocar. Tras c4 se abre la columna c y tras la maniobra Ag5-Ac1-Ah3 el agujero en d6 se hace boquete. Con apuros de reloj, el blanco mete la dama en el flanco de rey y tras algún susto, la posición negra se derrumba tras 4 horas de pelea.

Otxoa-Monje: El blanco juega de rey y el ser monacal plantea la Kalashnikov; el blanco sacrifica pieza por ataque pero la defensa teórica del negro deja una bonita posición de torre y dos piezas por pareja de alfiles. Parecía haber ventaja del negro pero no haga ud. mucho caso, que yo de esto sé poco. El Blanco logra evitar que se abra la posición tras c4 y se llega a una posición difícil de valorar. Ante esto, como el negro no se decide a romper la posicion, se repiten jugadas y se firman las tablas.
Egoi-Martínez : Egoi juega la siciliana cerrada, que se la conoce mejor que el estante de las cervezas de su nevera, que ya es conocer. Cambia el alfil de g7 y la posición negra empieza a hacer aguas por las casillas negras. Un truco y cae una calidad. El final parece fácil pero Egoi está cerca de liarla en una carrera final por coronar. Pero una torre es una torre y el blanco acaba por llegar antes.
Con esto, un 3-1 inesperado que nos deja con buen sabor para empezar esta complicada primera división de Liga Vasca.  Por contra, un solo punto, el katering arrasado, las cervezas evaporadas, es el panorama para un Calasanz que pagó cara su alavesa y alevosa generosidad.

1 comentario:

Unknown dijo...

Buenas!

Me alegro que hayan vuelto las mejores crónicas del ajedrez vasco-navarro.

Felicidades y suerte!